Las partes de un destornillador -ya sea manual o eléctrico- comprenden fundamentalmente tres:
La punta
Es el extremo que se introduce en la huella o impronta de la cabeza del tornillo. Se la conoce también como cabeza. Se trata de uno de los componentes que determina en mayor medida el tipo de destornillador.
Su forma se ajusta al tornillo correspondiente, que en general se llama de la misma manera. Por ejemplo, existen tanto el destornillador Torx como el tornillo Torx.
En algunos casos, antes de la punta misma se encuentra la hoja o pala, que es la sección aplanada del vástago.
El vástago
Denominado también caña o cuerpo, consiste en la varilla metálica que se prolonga desde la punta hasta el mango.
Los hay de diferente longitud y diámetro, e incluso pueden adoptar una forma cilíndrica o cónica -en menor medida ésta última-.
Entre los materiales para su elaboración se hallan sobre todo el acero, aunque también los hay de metal, como el cromo, el molibdeno o el vanadio.
En los destornilladores eléctricos no suele existir el vástago como tal, sino un cabezal giratorio en el que se inserta la punta o broca correspondiente.
El mango
El mango es el elemento por donde se agarra la herramienta.
Provisto generalmente de una forma ergonómica que proporciona comodidad y facilita su manejo, suele estar fabricado con material aislante para impedir, por seguridad, el paso de cualquier corriente eléctrica, como es el caso del plástico, las resinas plásticas o la goma.
Asimismo, debe ser también resistente y antideslizante, ya que es de las partes del destornillador, a la que se le imprime toda la fuerza de torsión o giro para apretar los tornillos.
En los destornilladores eléctricos el mango suele estar provisto también del interruptor o gatillo de encendido y en la parte inferior de algunos modelos, a modo de pie o base, se ubica el cajetín en el que se acoplan las baterías para su funcionamiento.
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